AUTOR: Pastor Fredy Santiago
Con motivo de el comienzo del mes de Junio he sido movido a escribir temas sobre las responsabilidades de un padre en el hogar, las características y virtudes de ser llamado padre.
Que mejor forma de comenzar que con Adán, el primer hombre sobre la tierra y como tal el primero que se le llamo padre.
En la sagrada escritura leemos como Dios creo a nuestros primeros padres (Gn. 1:27) a su imagen fueron creados. A su semejanza fue formado el hombre primigenio. El poder infinito puso en él su imagen, y en su imagen le dio su vida, su individualidad, su autoridad, su conciencia, su dignidad, su inteligencia y su creatividad.
No es hasta el capitulo 4 del Génesis que leemos que este hombre es llamado padre, no es hasta que aparecen Cain y Abel que leeremos sobre sus descendientes. Aunque si analizamos los versos previos a éste, leeremos que Dios mismo le esta dando lecciones de como ser un padre ejemplar.
Antes de procrear debe estar preparado para tan difícil tarea, Dios mismo abre una escuela de padres y le dota de todo lo necesario para tan excelsa honra.
Así como da el privilegio, da las virtudes para cumplirla, junto con la responsabilidad, da las herramientas.
1.- En primer lugar Dios le da un Cuerpo. (Gen. 2:7)
Con sus manos crea del polvo a un ser de perfección sin macula, un ser que no necesita ataviarse de ropas, pues la misma gloria le rodea y le cubre. La misma luz de la sublime deidad le viste.
Un cuerpo creado de la arcilla simple, de lodo es formado con minuciosos detalles. No le esculpe en oro, no le forja de diamantes y piedras preciosas, no, es lodo. Así no tendrá de que gloriarse, pues lo más sublime que poseerá, será el soplo divino en su nariz.
Un cuerpo fértil, un cuerpo que debe ser respetado. Todo padre debe saber que su cuerpo debe ser honrado no contaminándolo con fornicación y adulterio. Un cuerpo que nunca debe sufrir los estragos de los vicios.
Este respeto debe transmitirlo a sus hijos e hijas, un respeto a su propio cuerpo, vistiéndose de ropa decorosa, cubriendo su desnudez, alejándose de promiscuidades y desviaciones antinaturales como la homosexualidad. Guardando sus ojos de pornografía y su pureza de fornicación.
2.- También Dios le da alimento y sustento. (Gen 2:9,16)
En su carácter creador Dios provee de alimento a el hombre recién creado. En aquel lejano comienzo le ofrece todo árbol delicioso, todo fruto apetecible a sus ojos.
Así enseña al que algún día sera padre, su trabajo de proveer, su labor de traer el sustento a su hogar.
Dios el padre enseña a su creación, que el padre es el responsable de dar el alimento a su familia. Del mismo modo los padres contemporáneos debemos saber cual es nuestro rol en la familia, proveyendo para nuestra esposa e hijos lo necesario para su mantenimiento.
También es digno de mención, la importancia de que el padre reconozca la bendición de Dios en el hogar, que exalte que todo lo que tenemos lo recibimos de la mano de Dios. El padre debe repetir una y otra vez, que Dios es quien da sustento y abrigo. Él bendice a los que le temen y le honran.
3.- Así mismo el creador da su ley al primer hombre. (Gen 2:16-17)
A las par de las bendiciones vienen las ordenanzas. Dios le da al hombre su ley: No comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
No se puede ser buen padre si no se promueve la diciplinar y los principios en el hogar. No existe un hogar que funcione correctamente si el padre de familia no establece estándares. Si no se prohíben actitudes, pecados, vicios y costumbres equivocadas.
El padre también será el responsable de enseñar a sus hijos sobre la obediencia a las autoridades civiles, advirtiendo de las consecuencias al desobedecerlas delinquiendo y quebrantando la ley.
4.- Dios dio a Adán un lugar para que habitara (Gen 2:8)
Notamos que Dios puso a Adán en un jardín que hizo para él. Él le dio un palacio para que viviera, su bóveda era el cielo, sus muebles eran los árboles y ríos, las rocas y los collados. Todo era hermoso a la vista, un deleite a los ojos del hombre. No lo soltó en la tierra para que se perdiera en sus bosques o para que cayera en sus desfiladeros, lo colocó amorosamente en Edén, un jardín que seria su casa, ese seria su residencia para siempre, si él le obedecía y honraba.
Como estamos aprendiendo, todo lo que Dios daba a Adán era parte de una enseñanza mas profunda.
Aquí, Adán, aprende la importancia de una casa, el valor de un techo. Su padre celestial, le daba un lugar para habitar, así él como padre sería el responsable de dar a sus hijos una casa.
Todo padre debe saber que es su responsabilizad dar un techo y una casa digna a sus hijos, un lugar para crear recuerdos un lugar que debe ser respetado, cuidado. Una casa segura para resguardar la integridad de su familia. No importa si es propia o alquilada, no importa si es lujosa o modesta, que sea segura, limpia y digan para sus hijos.
5.- Dios el padre dio al hombre un trabajo. (Gen 2:15, 19)
Dios no creo a la humanidad para retozar en la holgazanería, él dio una labor al hombre que había creado. Con respecto a esto Matthew Henry dice:
"El paraíso mismo no era un lugar exento de trabajo... Ninguno de nosotros ha sido enviado al mundo para ser perezoso. El que nos hizo estos cuerpos y estas almas nos ha dado algo en que tenernos ocupados; el que nos dio el ser nos dio el quehacer... Los empleos seculares son perfectamente compatibles con un estado de inocencia y con una vida de comunión con Dios. La vocación de labrador es una antigua y honorable; se la necesitó incluso en el paraíso" (Comentario exegético-devocional a toda la Biblia Matthew Henry, PENTATEUCO p. 19 )
En este contexto los padres de hoy aprendemos la importancia del trabajo duro, lo digno que es que el padre salga a buscar el pan de cada día. Es sin duda una virtud, es una bendición de Dios, el trabajo, la labor con que servimos a Dios y a los hombre.
Tristemente la sociedad actual maldice el trabajo lo desvirtúa con trabajos deshonestos e indignos, lo atacan con irresponsabilidad e indolencia.
El padre cristiano siempre debe fomentar el trabajo, debe enseñar a sus hijos la bendición que es trabajar.
Es curioso que Dios dio a Adán dos actividades, la primera labrar la tierra y cuidar del huerto; la segunda, poner nombre a los animales. Lo segundo alude al cuidado de los animales, al señorío del hombre sobre sus bestias. Al nombrarlos le daba a Adán un sentido de pertenencia y poder sobre ellos, esto me refiere a la domesticación de los animales y a la ganadería. No creo que sea casualidad que sus hijos (Los que se mencionan en la biblia) se dedicaran, cada uno, a una de estas actividades. Cain labraba la tierra y Abel era pastor de ovejas. Lo que indica que Adán transmitió a sus generaciones la importancia del trabajo.
6.- Por ultimo Dios dio a Adán una Mujer. (Gen 2:20-25)
Dios no dio a Adán solo animales de compañía, como mascotas. Dios no dio a Adán solo hijos, para que fuere padre sin las responsabilidades conyugales. Dios, tampoco, dio a Adán un amigo con quien compartir historias y juegos. Dios le dio una MUJER.
Después de todo lo creado, después de crear los arboles y las frescas flores, después de la luz y de las enormes y majestuosas bestias que Dios creó. Aún ahí no se hallaba un ser que fuese su ayuda idónea.
El firmamento fue testigo cuando Adán caía en sueño profundo y entraba al quirógrafo de Dios. El Señor abría su carne con delicadeza y le quitaba una costilla. Así nacería ella, y coronaria la creación de Dios con su delicada voz y su andar fino y elegante.
Es una incongruencia en si misma, creer que seremos padres sin ella. Es una insolencia creer que podemos criar buenos hijos sin su ayuda.
Para nuestro trabajo como padres, siempre necesitaremos de su voz que confirma nuestras ordenes y apoya nuestras decisiones.
Dios no dio dos mujeres a Adán, solo le dio una, una era suficiente. Ella no era un objeto que podía ser cambiado cuando él sintiera sus necesidades satisfechas. Ella debía ser cuidada y amada, valorada y defendida.
En ella estaba aquella parte de la imagen de Dios que no le había sido dada a Adán, su amor, tan incondicional como profundo, su lealtad desinteresada, su misericordia y su bella compañía. Virtudes que a los varones se les dio, aunque en menor proporción.
El padre debe resaltar su valor, el de una madre, el de una, y única, esposa. Los padres cristianos debemos ser los máximos promotores de la fidelidad a una sola mujer, no los primeros en denigrarla con palabras o hechos.
De igual importancia es la figura paterna para un hijo varón, pues en él encontrará siempre una instrucción, tan amorosa como sabia, para una correcta toma decisiones. Y el fortalecimiento de su carácter, en e control de sus emociones y en sus responsabilidades cuando llegue el momento de tener una mujer como esposa.
Dios regala a sus hijos lecciones poderosas sobre lo que es un padre, él nos instruye para que cuidemos de forma responsable de nuestras familias. Es responsabilidad de cada padre seguir transmitiendo y enseñando a sus hijos varones estas miasmas virtudes, de generación en generación.