sábado, 30 de diciembre de 2017

COMO RAÍZ EN TIERRA SECA

BOSQUEJO

ISAÍAS 53:1-2
Por el Pastor Freddy Santiago 

La madrugada del 25 de diciembre el mundo entero se reunió en una de las mas grandes celebraciones, Navidad, una fiesta bañada de luz al mismo tiempo que nostalgia
Entre las luces, la pirotecnia y los abrazos de familiares todos nos unimos en celebración y fiesta.

Las fiestas hace tanto ruido que en breve nos atrapa en un trance. Un trance de risas y regalos de ultima hora; un trance que, según la perspectiva, sirve favorablemente o solo anestesia nuestra realidad. Trance que por poco nos hace olvidarnos de los problemas de la vida, de que vivimos en un país que escribe su historia con sangre de las victimas del crimen, un país oprimido por una religión que cubre sus pecados con oro y falsas obras de caridad, y que mantiene cegadas a las familias bajo un velo de ignorancia.

Al leer el pasaje de Isaías leemos la promesa del nacimiento de  Cristo como una raíz en medio del desierto, nos hace pensar en aquello que quisiéramos mejor olvidar. Las necesidades y carencias, el al llanto silencioso de nuestra voz deseando retornar el tiempo antes de sentir el frío beso de la muerte de un ser amado. 

Nunca antes el mundo ha necesitado tanto al naciente niño de belén, pero ya no como un niño pobre y frágil sino como Salvador, como el Dios fuerte, como el padre eterno y como el principie de paz. 

Este mundo es el territorio perfecto para que nazca Cristo en cada corazón seco y lóbrego, después de todo las escrituras lo dijeron primero.

...cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. 

La incredulidad ha sido un factor para que el corazón de los hombres sea una tierra seca en este tiempo. 
Cristo nació del pueblo judío, un pueblo como el de hoy en día, con su religión, su filosofía y su cultura. ellos no creyeron en Cristo ni le buscaron. (Jn 1:10-11)
Es interesante, pues la Palabra de Dios nos dice que solo lo Magos de Oriente y Herodes buscaban al niño Jesús, pues algo que ellos tenían en común es que ambos pertenecían al pueblo gentil. 
¿Que pasa con con los judíos? ¿Donde estaban los sabios mientras el señor no tenia donde recostar su cabeza? No quiere decir que no esperaban al mesías sino que no este mesías no satisfizo del todo las exigencias de ellos.

Cuantos cristianos basados solo en sus esperanzas no ven las maravillas de Dios que suceden cerca de ellos. Como aquellos pastores que se encontraban cerca de donde nació Jesús, no buscaban a Jesús sino que, concentrados en sus asuntos, el temor de la visión les sobrecogió tomándoles de sorpresa el aviso del nacido niño Jesús.

La obediencia a cumplir la ley judía llevó a los padres de Jesús al templo, en donde encontrarían a un anciano de piel cicatrizada por el tiempo. Un hombre de mirada antigua y manos temblosas su nombre era Simeón. El viejo al mirar el niño daba gracias a Dios pues mientras todos miraban a un pequeño niño el veía una promesa cumplida. (Lc 2:25-32)

Que pena que alguno cristiano contemporáneo ya haya perdido su fe primera con la que nació de nuevo, que vida mas oscura la de un cristiano que ha abandonado toda certeza y a abrasado la duda, en un intento cobarde de justificarse. Que en su caminar ha olvidado las palabras del apóstol Pedro cuando afirmaba: El Señor no retarda su promesa... 
Sus pasos se hacen viejos y su andar cansado pues no miran más la gloria de Dios que tienen frente a sus ojos.

Si buscas con cuidado en la biblia, a una persona que tenga razones para vivir en amargura encontrarás a la profetiza llamada Ana. Una anciana solitaria y viuda desde hace ochenta y cuatro años. ¿Que impulsa a Ana a seguir adelante? ¿Cuantas desgracias han visto esos ojos fatigados? ¿A cuantos seres amados han tenido que decir adiós esas manos frágiles? Entre mas miramos la vida de Ana nos identificamos mas con ella, nosotros también nos hemos sentido cansados, viejos o inclusive podríamos habernos sentido inútiles. Acá tienes a Ana, cada vez que te sientas que no puedes hacer algo para Dios, recuerda a Ana que sirve de día y de noche, cando te sientas solo o sola y quieras abandonarlo todo, mira atentamente a Ana, que su matrimonio murió joven pero hoy se ha casado con el servicio, el ayuno y la oración.  (Lc. 2:36-38)

Quizás hoy somo esa tierra seca y necesitamos ver nuevas glorias, necesitamos ir apresuradamente a ver a Jesús y lo encontraremos, no recostado en un pesebre, pero en el trono de la gracia.

Hoy necesitamos mas que nunca que nazca esa raíz en tierra seca. 

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