BOSQUEJO
Lectura: Josué 3
Por el Pastor Freddy Santiago
Los hijos de Israel han hecho preparativos para una victoria, han espiado la tierra y se han dado cuenta de las debilidades de sus enemigos. Tienen una victoria asegurada, es en este punto en que es importante hacerse una pregunta importante: ¿ Como pasar a toda una nación a través del caudaloso rió Jordán? Es justo acá cuando se escucha la voz de Dios, dictando las instrucciones para pasar el rió.
Es interesante como Dios les señala que deben seguir el arca del pacto para que sepan por que camino deben de ir, por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por por este camino.
Claro que el pueblo de Israel no había pasado por este camino nunca antes, pero eso era debido a que tal camino no existía aun.
Creo que todos nos hemos sentido en una encrucijada. Hemos sentido el frió e insensible golpe de una mala noticia, lo solitario de un diagnostico medico o el aviso implacable de desalojo de nuestra casa o departamento. La voz del acreedor buscándonos, el llamado final de una deuda que no podemos pagar, es en este punto que nos hacemos la misma pregunta que Josué ¿Como cursar el rió?
¿Como salir de la crisis o de la derrota espiritual?
Pero en este momento en que todo párese gris es menester escuchar la voz de Dios cuando dice: Sígueme yo hago el camino, yo estoy creándolo sobre la marcha. es natural sentir que todo esta serrado, pues el camino aun no existe Dios lo está creando para nosotros.
Donde no vemos el camino Dios hace uno nuevo, donde no sabemos que podríamos andar, donde era una incongruencia o una imposibilidad Dios hace lo imposible, Dios.
En este pasaje yo encuentro cuatro ejemplos de caminos que Dios hace para sus hijos, caminos que es necesario que aprendamos.
En primer lugar encontramos el camino de la santificación . (Jos. 3:5) Este camino es el primero que debemos comenzar a andar. Sinceramente este no es de los mas sencillos, es uno que requiere de determinación. Este camino que Dios abre es aquel en el que nos despojamos del viejo hombre. En que damos media vuelta al pecado y la iniquidad y decidimos seguir solo a Jesús.
En el camino de la voluntad de Dios nos encontraremos con la santificación, con el arrepentimiento y la nueva entrega a solo a sus deseos. (1 Ts. 4:3, Ro. 6:19)
El camino de confirmar promesas (Jos. 3:7) es el segundo de los cuatro caminos que nos muestra este capitulo. En este resien inaugurado camino nos encontramos con la encomienda de reavivar viejas promesas, revivir viejos pactos que hemos hacho a Dios o a otras personas. En ocaciones las encrucijadas de la vida son producto de nuestras promesas no cumplidas.
¿Cuantos siervos llamados por Dios no han confirmado su llamado y siguen viviendo lejos de la voluntad de Dios? ¿Cuantos cónyuges no han cumplido con sus votos que un día hicieron voluntariamente delante de Dios y poniendo a la iglesia por testigos de sus palabras?
Es tiempo de confirmar esas viejas promesas y resucitar nuestras palabras de compromiso.
Escondido en un extraño requisito de Dios encontramos el camino de la paciencia. (Jos. 3:4b)Mientras estudiaba este pasaje, me encontré con que Dios decide que los Israelitas debían marchar con un margen de Dos mil codos de distancia entre ellos y el Arca del pacto. Esto llamo mi atención y me llevó a buscar el por que de este especifico margen de diferencia pero no encontré ninguna mención que arrojara luz a este pasaje. Fue en este punto que me di cuenta que debía pensar de manera mas practica.
¿Que desearíamos mas que ver el milagro que Dios promete lo mas cerca posible? En ocaciones lo mas difícil no es creer en el milagro, sino esperar el milagro. Es acá cuando Dios dice: yo cumplo mi promesa pero la cumplo en mi tiempo. Después de todo nuestros caminos no son sus caminos, nuestros pensamiento no son sus pensamientos y nuestro tiempo no es su tiempo.
El margen de dos mil codos no es otra cosa que la voz de Dios diciendo nos que Él tiene el control de cuando sucede el milagro.
Por ultimo encontramos el camino de la victoria. Dios nos da una ultima lección, esta es que si lo seguimos a través del camino que el crea al final obtendremos victoria.
Ven y acompáñame a seguir a Dios, recorramos su senda, esperemos con paciencia en su soberanía creyendo en su fidelidad.
Sigamos las pisadas del HACEDOR DE CAMINOS.