SERIE DE MENSAJES SOBRE EL LIBRO DE ECLESIASTES (EC. 1:12-2:26)
Autor: Pastor Fredy Santiago
La experiencia es una inversión perdida, cuando no aprendemos de ella.En la segunda sección del libro, encontramos al predicador relatándonos su experiencia. La experiencia del rígido predicador en palabras explícitas y lenguaje crudo. Las vivencias de este hombre trae con sigo el consejo de un maestro sabio. La voz de la experiencia habla por medio de las cosas que hemos vivido.
Creo que en este pasaje el predicador intenta persuadirnos de echar mano de la experiencia, a entrar al aula y dejarnos enseñar por nuestra propia vivencia. ¿Qué has aprendido del pecado? ¿Qué has aprendido de todo que has perdido? La vida te ha regalado días y años pero solo puedes rescatar de ellos las enseñanzas aprendidas, solo eso. ¿Qué has aprendido del dolor? mas te vale haber aprendido del dolor, la única manera de combatir el dolor y la desgracia es no caer en los errores que nos llevaron ahí.
Cuando enfocamos todas nuestras experiencias a la relación que tenemos con Dios, Él da sentido a nuestras vivencias a nuestras lecciones aprendidas.
Aprendamos de manera práctica como el predicador nos lleva a través de su experiencia en diversas áreas, que podemos aplicar a nuestra propia experiencia.
El pastor sabio debe discernir y ser realista en quien realmente reconoce que tiene madera de predicador y quien no la tiene, y a estos últimos animarlos a crecer también en el ámbito secular y a usar sus conocimientos seculares en la obra de Dios.
Nuestra relación con Dios da sentido a los conocimientos, a los estudios. Creo que aun en los ámbitos que nosotros consideramos menos espirituales debemos fomentar la excelencia, la responsabilidad y el trabajo duro, después de todo Dios dio al hombre la sabiduría y el intelecto para ser usados por él. Y aun ahí lo honramos.
Estudios y conocimientos adquiridos (1:12-18)
Contrario a lo que se cree, la biblia no está en desacuerdo en que estudiemos secularmente. Soy un firme partidario de que hay personas con vocación para ciertas áreas en la sociedad, y que no estrictamente son llamadas a servir a Dios tiempo completo, estos jóvenes o incluso adultos, deben ser animados por el predicador a estudiar alguna carrera.Nuestra relación con Dios da sentido a los conocimientos, a los estudios. Creo que aun en los ámbitos que nosotros consideramos menos espirituales debemos fomentar la excelencia, la responsabilidad y el trabajo duro, después de todo Dios dio al hombre la sabiduría y el intelecto para ser usados por él. Y aun ahí lo honramos.
Alegría y deleite (2:1-2)
Todos hemos disfrutado de unas vacaciones, todos hemos probado el gozo de reunirnos con familiares y amigos en sana y cristiana armonia solo para cenar, no creo que haya algún cristiano en el mundo, que no tenga algunas pequeñas cosas que le den alegría y deleite. La lectura, la cocina, el arte, la música, viajar, entretenimiento sano, reuniones, todos son aspectos de nuestra naturaleza como seres sociables. En los primeros dos capítulos específicamente, el predicador dice que ha disfrutado de todo bien, aca, si ponemos atención, no habla de deleites o placeres carnales, sino a goces y alegrías naturales y necesarias para cualquier ser humano.Que mayor deleite cuando enfocamos esas alegrías en el Señor, que bendición ver a personas felices y gozosas servir a Dios, agradeciendo por el tiempo que le ha prestado para gozar de las efímeras y vanas cosas de esta vida, gente que cuando sale a la playa o a al bosque, alaba a Dios por la hermosa creación de la cual aún podemos disfrutar, y que al regresar de su viaje sirven en sus iglesias con más fuerza, pues son gente agradecida con Dios por la vida feliz que les ha dado.
La mala experiencia (2:3,10)
Es en el verso 3 que el predicador nos advierte sobre la mala experiencia que tuvo, dando rienda suelta al vicio y a la vanagloria carnal. Del mismo modo que Dios da sentido a nuestras sanas y buenas experiencias así mismo él da sentido a las malas. Después de todo, cuando recibimos a Cristo no fue borrado nuestro pasado, viviendo bajo el antiguo régimen de la carne y del pecado, quizás no es recordado por Dios pero no significa que es inexistente en nuestra experiencia.
Hay una frase que reza: Quien olvida su historia, está condenado a repetirla. Con qué sabiduría y verdad Dios advierte una y otra vez a los hijos de Israel a no olvidar de donde fue que nos sacó.
Nunca olvides por completo tu pasado, algún día tendrás que ir a esos rincones oscuros de tu experiencia, esos que has evitado, para instruir a otra generación a no cometer los errores que tu algún día cometiste, y así ser útil a Dios.
Bienes materiales (2:4-8)
El predicador nos lleva a través de muchos aspectos de la vida que forman parte importante de nuestra experiencia en nuestro paso en el mundo. Uno de estos aspectos de la vida, que más nos requieren atención o consumen nuestra atención, es el dinero y los bienes materiales.
En estos versículos el predicador nos comparte su experiencia con los muchos bienes que poseía. Nuestro trato con el dinero y los bienes materiales debe ser un trato sabio y decoroso. Como cristianos debemos aprender a tratar con la abundancia y aprender de ella, no dejar que la abundancia controle nuestros sentimientos o nuestras decisiones.
En estos versículos el predicador nos comparte su experiencia con los muchos bienes que poseía. Nuestro trato con el dinero y los bienes materiales debe ser un trato sabio y decoroso. Como cristianos debemos aprender a tratar con la abundancia y aprender de ella, no dejar que la abundancia controle nuestros sentimientos o nuestras decisiones.
No hay pecado en el tener, no hay maldad en ser rico, el problema es que el dinero controle a sus poseedores. En la vida existirán todo tipo de circunstancias, tiempos de abundancia y tiempos de escasez pero de todos ellos debemos de aprender. Y servir a Dios con gozo sin importar bajo qué circunstancias nos encontremos económicamente.
Es triste ver que cristianos viven económicamente bien pero han dejado que esta circunstancia vana de la vida, les haga vivir una vida cristiana triste y fracasada.
La prosperidad es una circunstancia, no es una doctrina, aprende de las circunstancias y mantente firme en las doctrinas.
Posición y Liderazgo (2:9)
Esta mención, aunque breve, de el engrandecimiento de el predicador es una que vale la pena mencionar.El predicador, en su discurso relatándonos su experiencia nos lleva hasta el punto de dejarnos ver que él fue una persona con mucho poder, posiblemente político y económico. En sus propias palabra nadie había sido más grande que él. Nadie tendría mas riquezas o poder que este hombre. Que fácil es perder la cabeza cuando estamos en una posición de autoridad. No hay nada más volátil que un líder que no está bien anclado al suelo.
Acá el predicador nos regala una frase para los líderes, “a más de todo esto, conservé conmigo mi sabiduría”. Como diciendo: nunca perdí la cabeza, mantuve los pies sobre el suelo. En nuestro paso por la vida quizás seremos recompensados con el dulce sabor del liderazgo, pero siempre tenemos que recordar que no hay autoridad que no haya sido dada por Dios. Cuando un líder da la preeminencia a Dios, su liderazgo será recompensado con la lealtad. (Jos 1:16-18)
En conclusión, en todas las áreas de la vida debemos aprender de la experiencia. Dios da sentido a estas experiencias cuando damos la preeminencia a Él en cualquiera cosa que hagamos. Para el final del capítulo el predicador se enfrenta con la realidad de la muerte, se da cuenta que todo todo lo que hizo y trabajo para hacerlo, todo lo que poseyó y lo que se fatigó en conseguirlo, todo era sin valor ni trascendencia pues a todos sucede un mismo suceso, solo la experiencia trasciende, en el futuro cuando estemos solos, cansados, enfermos y seniles, ahí solo existiremos por lo que aprendimos de nuestra experiencia.